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Simplemente Jesús: Acercándonos a la Palabra encarnada a través de la Palabra escrita

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(Esta  publicación es la primera en una serie de reseñas/reflexiones acerca/de libros teológicos y bíblicos que nos parecen relevantes para los cristianos. Caleb Miranda (M.Div.), miembro del equipo de Theodrama, nos ofrece su primera entrada sobre el libro Simply Jesus, escrito por académico del Nuevo Testamento N. T. Wright.) 

Parte I: Jesús y su Contexto Histórico

Jesús es el centro de la teología cristiana. Por esta misma obvia razón el movimiento se llama cristianismo.  La teología Protestante clásica ha planteado que las Sagradas Escrituras es la norma normans, es decir, la máxima norma o autoridad en nuestro acceso a Jesús. Entonces, nuestro conocimiento de Jesús, el Cristo, la Palabra encarnada, proviene principalmente de las Sagradas Escrituras, la Palabra escrita, y por lo tanto es crucial conocer el pasado histórico de esta última.

La pregunta que encontramos ante el testimonio histórico sobre Jesús es: ¿cómo interpretamos a Jesús? Según N.T. Wright en su libro Simply Jesús (Simplemente Jesús), esta es la pregunta que demanda aclaración. La “historia” como disciplina que mira hacia el pasado nos permite observar a Jesús dentro de su contexto histórico-político-teológico y social.  Esto es de vital importancia porque la transmisión y comunicación del “evangelio” forman parte esencial de la responsabilidad bíblica de la Iglesia (Gran Comisión). Conocer la complejidad histórica de la época de Jesús nos provee una mejor visión de su persona y la relevancia de su praxis. La pregunta es bastante simple y compleja: ¿Quién exactamente era Jesús? Esta pregunta incluye varios aspectos: ¿Qué él hizo y dijo? ¿Por qué fue asesinado? ¿Resucitó de entre los muertos? Si Jesús nos ha llamado a seguirlo Wright nos presiona con otra última interrogante: ¿Cómo sabemos que nos encontramos en la vía correcta cuando interpretamos la persona de Jesús en las Sagradas Escrituras?

En el mundo de la modernidad y la creciente secularización de la Iglesia, la figura de Jesús no pocas veces se ha desfigurado por la diversidad existente de interpretaciones.  Por eso el autor nos hace recordar la importancia de articular a Jesús como un hombre de su época. Esto no minimiza su identificación como divino, sino que a consecuencia de no conocer la época de Jesús nos quedamos con un hombre ordinario, con algunas ideas loables, en el mejor de los casos. Y por otra parte se reducen las enseñanzas de Jesús a una espiritualidad privada minimizando sus parábolas a solo mensajitos moralizantes sobre cómo me debo comportar en la semana. Por eso Wright resalta,

“que muchas veces queremos líderes religiosos y no un Rey, queremos a alguien que salve nuestras almas pero que no gobierne nuestro mundo, lo que queremos es a alguien que implemente las pólizas que más nos convengan.” 

 El testimonio de los apóstoles se ampara en la historia de Jesús.  Aquellos primeros escritores se dieron a la ardua tarea de redactar lo que Dios ha hecho con Israel y el mundo por medio de la persona del Mesías. Entendiendo el contexto histórico-político-teológico y social, nos damos cuenta que Jesús demanda mucho más de lo que la sociedad espera de él. Wright provee las siguientes  dos recomendaciones sociológicas para una mejor comprensión de Jesús:

  1.  Mundo Romano: El César se había declarado como el “Señor” del mundo, el que había establecido el novus ordo seclorum (el nuevo orden de las eras), donde la justicia, paz, seguridad y prosperidad finalmente gobernaría.  Las “buenas noticias” del hijo del divino Augusto se han hecho realidad en todas las fronteras romanas.
  2. Mundo Judío: Los judíos vivían su propia historia vetero-testamentaria, a pesar de ser una colonia romana.  El pueblo aguardaba en esperanza y fe de que Dios finalmente mostrara su poder en contra de la opresión imperial romana y  finalmente destruyera con vara de hierro las legiones del César. Wright menciona que a pesar que los judíos se encontraban en su tierra natal geográficamente, no obstante, la mayoría del pueblo creía que se encontraban en un cierto tipo de exilio. El pueblo esperaba con ansias un nuevo éxodo. El Dios que le había prometido sacarlos del caos y la esclavitud finalmente los liberaría del falso señor del mundo.

Ciertamente Jesús enfrentó al menos dos cosmovisiones que competían entre sí.  Comprender cómo operaban estas cosmovisiones es de suma importancia para entender lo que los evangelistas comunican en los evangelios, particularmente los evangelios sinópticos. No pocas veces la comunidad cristiana lee e interpreta la Biblia sin tener en cuenta el contexto socio-cultural de Jesús.

¿Qué otras consideraciones histórico-teológicas son necesarias para poder analizar a Jesús de manera adecuada?

 

 

 

 

3 Comments

  • Juan Frontera-Suau

    N.T. Wright es de esos autores que todo estudioso de las escrituras debería leer. Su escritura es cautivante, aunque en momentos te rascas la cabeza, en otros quieres marcar todas las palabras de la pagina. Para mí es uno de los mejores escritores protestantes de esta época. Como siempre, uno tiene que leer todo con cautela, y mas a N.T. Wright, pues su superioridad en la escritura y la claridad de su verso pueden cautivarte a abrazar todo lo que escribe, No obstante, este es uno de sus libros mas populares en donde logra resumir su teología sobre Jesús expuesta de manera mas puntillosa en su libro “Jesus and the Victory of God” y “The Challenge of Jesus”. Así como Caleb, recomiendo la lectura de este libro, aún cuando no tienes que estar de acuerdo con todo lo que N.T. Wright dice. Es una de las mejores lecturas para conocer a este gran teólogo/escritor. Gracias Caleb por este artículo.

  • Angel Luis Soto

    Concuerdo contigo Juan cuando dices que “recomiendas la lectura de este libro, aun cuando no tienes que estar de acuerdo con todo lo que N.T. Wright dice”. Como un ministro presbiteriano ordenado, pueden verse en este libro sus posturas teológicas sobre la vida, y obra de Jesús, así como su teología del Nuevo Testamento. Tampoco creo en muchas otras posturas teológicas que expresa en esta lectura. Pero una cosa si tengo que decir: Que reconozco, aprecio y valoro el esfuerzo que hizo N.T. Wright de presentarnos a Jesús de una forma sencilla. Porque “el Jesús que predicó es el Jesús que vivió y murió como ser humano real en la Palestina del siglo I, y la cultura occidental moderna, especialmente en Estados unidos, ha hecho todo lo posible por evitar que estas dos figuras, el Jesús de la historia y el de la fe, se encuentren”. Y ciertamente esto es lo que no hace a Jesús un personaje sencillo para estudiar en propiedad. Por otro lado, ha sido una excelente reflexión la del Sr. Miranda