Cuaresma,  Liturgia,  Miercoles de Ceniza,  Semana Santa

Miercoles de ceniza, comienza la Cuaresma

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Hoy comienza la observación central del calendario cristiano, la cuaresma. El periodo de 40 días previo a la Semana Santa se presta para que los cristianos asuman una actitud de preparación y contrición ante la memoria de la vida y obra de Jesús de Nazaret y el recuento de la historia que nos lleva hasta el viernes de pasión y el domingo de resurreción.

Así como nos preparamos celosamente para acontecimientos importantes en nuestra vida, como lo son una boda, cumpleaños, celebración de algún aniversario, o fiesta, esta temporada nos invita a enfocar nuestra atención en la pasión y resurrección de Jesús.

La práctica de observar un período de preparación de cuarenta días (no solo observado por la tradición Católica Romana, sino tambien la Protestante historica y la Iglesia Oriental) más bien comenzó en la iglesia cristiana durante el tercer y cuarto siglo. El número cuarenta lleva consigo el símbolo bíblico basado en los cuarenta años que el pueblo de Israel estuvo en el desierto y los cuarenta días que Jesús pasó en el desierto antes del inicio de su ministerio público. Los cuarenta días comienzan desde hoy miércoles, conocido como Miércoles de Ceniza, y continúan hasta la semana santa, sin contar los domingos.

Muchas comunidades cristianas eligen este periodo del año para enmarcar sus reuniones de adoración en los temas de confesión, arrepentimiento y renovación. Se ha incluido históricamente la instrucción y preparacion de personas para iniciarse en la vida cristiana a través del bautismo y la profesión de fe en el domingo de pascua.  De igual modo, se estimulan esfuerzos por alentar y acercarse a aquellos que se han alejado de la vida de la iglesia.  En fin, se aprovecha el periodo para que los cristianos puedan crecer en compasión, devoción y servicio al enfocar la atencion en la vida, la muerte y la resurrección de Jesucristo.

Con esto en mente compartimos esta oracion:

Dios santo y amoroso, mientras le adoramos,

deseamos que su Espíritu nos abrigue y desafíe,

para hacernos personas más puras y más abitertas al bien del amigo y el extraño.

En un mundo que no entiende el significado del arrepentimiento,

rogamos por una nueva comprensión,

humildad, paciencia y disciplina

que nos ayude a morir al pecado y a vivir para Jesús.

Amén