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Los hispanos “no conocen a Cristo,” así dijo MacArthur

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“Todos nosotros entendemos que las personas en el mundo hispano saben acerca de Jesucristo […] Pero no conocen a Cristo. No conocen el evangelio de la gracia. Y tampoco conocen la completa revelación de las Escrituras.” Así dijo recientemente John MacArthur en un video dirigido a la audiencia de Por su causa, una conferencia preeminente en la República Dominicana que busca enfatizar la centralidad del evangelio para la iglesia.

Mural fe cristiana MacArthur se sintió en la libertad de hacer aventurados comentarios sobre el cristianismo en tradiciones ajenas a la suya. En esta ocasión, caracterizando a los cristianos en América Latina, reclamó que parte de su interés en continuar participando en dicha conferencia se debe a que los latinoamericanos, aunque conocen “algo del evangelio” -debido a la herencia del Catolicismo Romano-, realmente “no conocen a Cristo.” Entonces, ¡el foro de Por su causa, sería el faro de luz que por fin llegó a iluminar el “evangelio de la gracia”! 

El asunto no es Por su causa per se. Cualquier espacio de educación y formación bíblica que resalte la centralidad del evangelio es necesario y lo aplaudimos. Y esta conferencia es una gran plataforma.

Mas bien, el asunto es la intrepidez en hacer reclamos que son históricamente y contextualmente desinformados. (Matices, gente, matices) ¿Cómo determinamos si masas continentales de gente conocen o no conocen bien el evangelio? ¿Cuáles son los criterios? ¿Quién los plantea? ¿Que pertenezcan a su tradición teológica, adopten sus idiosincrasias culturales o tengan su plataforma de comunicación?

Este tipo de opinión en parte es el resultado de la ignorancia sobre la historia del Protestantismo en América Latina y del movimiento evangélico internacional. Y lamentablemente refleja otra duplicación de una actitud paternalista y misioneramente colonialista.

La percepción de que en América Latina la fe cristiana es más débil, menos bíblica y sin teología que en las latitudes del Norte refleja una opinión generalizada entre muchos evangélicos blancos en EE.UU. Desconocen la historia del movimiento evangélico en la región de las Américas y como no leen español, piensan que si no se lee en inglés, no existe. O si no es una traducción al español del inglés, no vale la pena (p.ej., “la hambruna teológica” según The Gospel Coalition).

Para dar un ejemplo de la historia del pensamiento protestante evangélico en América Latina solo hay que mirar a la década de los 70’s y la formación de la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL de aquí en adelante). La FTL se forma como un esfuerzo interdenominacional e internacional para atender necesidades misionales a partir de la proclamación del evangelio. Los evangélicos aquí son herederos de la Reforma Protestante y su distintivos teológicos basados en las 5 solas (sola fidei, sola gratia, solus christus, sola scriptura, soli deo gloria). Comparten el énfasis sobre la piedad personal, la conversión, con una fuerte inclinación hacia la dimensión social del evangelio en la tradición del Metodismo, Anabaptismo y Puritanismo.

Como resultado, los evangélicos desde los 70’s, y hasta el día de hoy, producen reflexión teológica para atender preocupaciones críticas en sus contextos: marginalización de las masas, guerras, empobrecimiento de muchos y corrupción, secularismo, entre otras. Lo que no comparten con sus hermanos y hermanas en el norte es el conservadurismo político y cultural. De hecho, una de las contribuciones de la FTL al evangelicalismo internacional ha sido plantear el compromiso por la búsqueda de una sociedad más justa como una necesaria implicación de proclamar el evangelio de Jesús. La nomenclatura ofrecida fue llamada “misión integral” o “misión holística”. Este concepto misional fue desarrollado por varios pensadores como René Padilla y Samuel Escobar, entre otros y otras (en sus comienzos en diálogo con académicos de otras latitudes como John R.W. Stott, Carl F. H. Henry y  Leon Morris). Hoy día el concepto de “misión integral” es un tipo de lingua franca en la literatura en misionología protestante a nivel internacional. La voz de las iglesias a través de la FTL han tenido contribuciones significativas en el Congreso Mundial de Evangelismo Lausana I, II y III.  Así mismo podríamos mencionar las declaraciones doctrinales y misionales de los diferentes CLADE I, II, III, IV, V (Congreso Latinoamericano de evangelización), que reflejan un gran consenso interdenominacional, y apuntar a organizaciones interdenominacionales de un centenario de edad como CLAI (Consejo Latinoamericano de Iglesias).

La iglesia cristiana en el Mundo Mayoritario necesita de la colaboración y la mutua edificación con la iglesia en el Mundo Minoritario. La iglesia en EE.UU. necesita aprender del testimonio y la teología de la iglesia en América Latina y vice versa.

El “vice versa” es importante. Lo necesita.

Mientras líderes del Norte y algunos en América Latina sigan perpetuando paradigmas discursivos que remiten a un colonialismo misional/teológico implícito, la fractura en la comunión cristiana seguirá.

Los cristianos en América Latina no conocen a Cristo completamente.

Los cristianos en USA no conocen a Cristo completamente.

Ambos se necesitan para conocer en mayor amplitud la hermosura y hondura de Jesús, para así comunicarlo de forma más creíble y vivible a nuestra América Latina.

 

 

Nota: El titulo de la postal ha sido modificado por precision. De MacArthur: “Los hispanos no conocen a Cristo”  a MacArthur: Los hispanos “no conocen a Cristo.” El referente en ambos casos es el mismo. 

22 Comments

    • Jules A. Martínez

      Rodrigo, gracias por leer, tu comentario y por tratar de atender las preguntas de criterios. No dudo que el articulo que enlazas sea interesante. ¿Qué tal si mencionas en tus propias palabras cómo ese articulo responde a mis preguntas?

  • Louis E. Colon

    ¡Magnifico, Jules! Gracias por tu forma medida y justa de enfrentar este comentario paternalista y mal informado. Me gustó tu forma de concluir que recalca la unidad de la iglesia: nos necesitamos los unos/as a los otros/as. Dios nos ayude a bendecir y ser bendecidos para que seamos de bendición al mundo.

  • Jose M. Vélez-Gallego

    La verdad que sí, bien planteado Dr. Jules Martínez. Es una lástima el error de generalización de MacArthur, con tonos mezclados de mesianismo y supremacía cultural. No dejo por eso de admirar su aportación literaria y pastoral. Solo que esa se le pasó y no se le puede dejar pasar (valga la redundancia). Pero igual, después del justo debate, merece nuestro manto de gracia y perdón. Es un siervo de Dios.

    Y con relación a la respuesta de Rodrigo… Querido hermano, espero que me disculpe, pero no se puede defender lo indefendible. Fue un error de juicio de un gran ministro (no estamos exentos). Así cabe señalarlo con la misma autoridad con que él señala las deficiencias en otros ministros. Que rectifique sus expresiones y revalore el Sur. Porque el contenido de su mensaje interlineal fue más que implícito, diáfano, y me resultó estridente “como címbalo que retiñe”: Ellos allá no conocen (nosotros acá sí); el evangelio allá es tergiversado y falso (acá lo tenemos claro y verdadero); hay una desesperada necesidad allá de nosotros acá.

    En fin, fue demasiada la dosis de “Destino Manifiesto” para un anuncio de tres minutos…

  • Nef Ramírez

    Dra. Jules, me gustaría hacerle una pregunta con sincera curiosidad. Antes de hacerla, un poco de mi respuesta, quizás poco concisa, a su publicación. Usted afirma lo siguiente y plantea las siguientes preguntas:
    “Mas bien, el asunto es la intrepidez en hacer reclamos que son históricamente y contextualmente desinformados. (Matices, gente, matices) ¿Cómo determinamos si masas continentales de gente conocen o no conocen bien el evangelio? ¿Cuáles son los criterios? ¿Quién los plantea? ¿Que pertenezcan a su tradición teológica, adopten sus idiosincrasias culturales o tengan su plataforma de comunicación?”
    Si bien es cierto que MacArthur es conocido por ser parco y no matizar, habría que revisar la validez de la premisa en lo que dice. Dejándolo a él y su alegato infundado a un lado, creo que su respuesta, Dra., es el polo opuesto que anuncia con orgullo que en América Latina sí hay teología protestante reformada pero falla en tratar con el asunto detrás de este alegato. ¿Se trata de tener teología bien elaborada y teólogos bien preparados, o de tener iglesias que crean y practiquen tal teología? Por que, en mi opinión, de ahí es de donde proviene el comentario de MacArthur—del propio reconocimiento de pastores y teólogos latinos (si bien bajo la influencia de seminarios estadounidenses, pero ¿quién está exento haber estudiado con ellos?) de que hay “hambruna teológica”. No fue the Master’s Seminary quien hizo ese alegato sino Coalición por el Evangelio, entre cuyos miembros se encuentran pastores latinos que sirven en latinoamérica a otros latinos—inmersos en el contexto, cultura y versados en la historia de tales. Hablo de Miguel Nuñez, Carlos Contreras, José Mercado y Enrique Oriolo.
    Bien, en mi opinión este alegato hace alusión al notorio crecimiento del movimiento pentecostal, la influencia de Campus Crusade y su oración del inconverso que nada decía sobre arrepentimiento, la aparición de centenas de miles de iglesias cuyo liderazgo no tuvo formación teológica alguna, y cómo todo lo anterior se suma a la íntima relación entre la cultura latina y el catolicismo para formar evangélicos nominales que muy probablemente no han creído el Evangelio bíblico (cosa preeminentemente evidente en los frutos espirituales de sus vidas y comunidades).
    Entonces, mi pregunta para usted es: ¿Cuál es su propuesta de criterios para determinar si los hispanos han creído el Evangelio? Por que, con el debido respeto, parece que está alegando que el hecho de que exista teología hispana revierte tal problemática.
    Cabe aclarar que me percato de que son dos asuntos distintos: que haya teología hispana (sea que las iglesias hispanas la enseñen, crean, practiquen, usen o no), y que de hecho el conocimiento o desconocimiento de dicha teología tenga un impacto profundo y notorio sobre la calidad espiritual de los discípulos que estamos haciendo como Iglesia en latinoamérica.
    Otra aclaración; no es mi intención defender a MacArthur, ni al movimiento reformado estadounidense que está en auge en ciertos círculos evangélicos. Mi intención, como laico, es simplemente hacer notar la influencia que este post puede llegar a tener sobre los muchos jóvenes latinos que suelen leer este tipo de publicaciones y con ello justifican una especie de celo contra EE.UU. (el cuál, en cierta medida, comparto) y todo lo que su teología reformada tiene que ofrecer—todo, hasta lo que es útil, bíblico, sano y lejano de la idiosincrasia de destino manifiesto que utilizan para colonizarnos cada que pueden.

    • Jules A. Martínez

      Nef,

      Agradezco el tiempo que tomas para leer y dialogar. Gracias! Pues, me parece que mi respuesta no es ni fatalista, ni triunfalista. No planteo la ausencia de un pueblo cristiano significativo (MacArthur), ni asumo que el continente es cristiano (Catolicismo). Mas bien, apunto a que la declaración de MacArthur no refleja la completa realidad, ya que ingnora el crecimiento extraordnario del pueblo protestante evangelico y pentecostal en las Americas. Para eso, ofrezco un ejemplo de cómo esta presencia se ve expresada en ministerios como la FTL. Pero hay otros importantes en America Latina que reflejan conglomerados de iglesias y sus vivencias.

      En ningún momento digo que el termino “hambruna teológica” lo hizo Master’s seminary, claramente lo mencione como ejemplo que provenia del Gospel Coalition (a quienes hay mucho que admirar, pero nadie es perfecto!). El que el “alegato” haya sido planteado por los hermanos que mencionas, pues esa es otra discuscion que tendría se tendría que analizar.

      Entiendo que ofreces algunas razones por la cual McArthur, quizá dependiendo de la opinión de los lideres que mencionas, hace su declaración. Aparte de los meritos que tengan las observaciones de estos hermanos, la declaración sigue siendo una generalización infortunada.

      En cuanto a qué criterios ofrecería, pues esa sí que es una pregunta grande y muy difícil de contestar. Difícil porque nuestra tendencia es contestar de forma anecdótica (“en mi experiencia”). En vez de también contar con análisis sociológico y cuantitativo y no solo con la experiencia de conocer o viajar a muchos lugares y ver malos ejemplos. Me parece que la aportación de los lideres que mencionas hay que considerarla, al igual que muchos cosas mas. Intento no hacer análisis de inclusión o exclusión de la fe cristiana a la ligera, ni por la afinidad o lejanía que otros tengan de mi tradición teológica. Este es una campo muy serio de estudio en misiologia.

      Habiendo dicho esto, entiendo tu punto sobre la distancia frecuente que hay entre teología profesada y producida, y la vivencia de congregaciones de esa teología. Es un asunto muy difícil. No reclamo que el hecho que “exista teología hispana revierte tal problemática.” Lo que sí existe son muchas iglesias que conocen el “evangelio de la gracia”, a pesar de MacArthur. El termino “evangelio de la gracia” no es uno vivencial, sino bíblico-teologico que hay que explicar.

      Pero, si tomamos como ejemplo algunos de los criterios que mencionas (¿tomados de los lideres que mencionas?), pues entonces es tan general que podemos decir lo mismo de cualquier región del planeta. Por ejemplo, la preocupación es la falsedad del evangelio de prosperidad es importante. Entonces, podemos decir igual que los estadounidenses no conocen a Cristo, porque allí es la cuna, donde nace y se exporta la evangelio de prosperidad.

      Me parece que mi post lo hice con respeto. No estar de acuerdo con algo planteado por alguien no significa que no se respeta la persona, y que no se reconocen su aportación en otras áreas a la vida de la iglesia, como dije en otras respuestas. Esto es parte de un dialogo cívico, pero serio.

      Gracias una vez más por el dialogo. Tenemos mucho que pensar. Y espero en próximas postales intentare atender el tema de los criterios y la misión.

      La paz de Dios!

  • Nilton Pardo

    Muchas gracias por el artículo hermano Jules.

    Yo creo que John MacArthur está en lo correcto cuando generaliza el desconocimiento del Evangelio que tienen los hispanos, el error puede estar en la interpretación que se le dio a sus palabras. Es más especulación que otra cosa. Si él quería decir con esto que: ningún hispano conoce a Cristo excepto que abrace su soteriología y las Solas de la Reforma Protestante efectivamente tendría un sesgo descomunal y un error contextual inmenso, pero lo que él dijo está bien si lo tomamos como una generalidad; teniendo en cuenta las cifras de Cristianos confesantes, efectivamente podríamos decir que los hispanos no conocen a Cristo.

    Creo que hubiese sido excelente que él detallara más lo que quería decir para evitar este tipo de interpretaciones y discusiones. Por ejemplo aquí en Medellín, Colombia -donde resido- sin exagerar por Barrio hay por lo menos una “Iglesia-congregación-, pero su Evangelio es defectuoso, y no es defectuoso porque no se apegue a Confesiones de Fe históricas o porque no esté alineado con ningún Pastor prominente del momento, no, es defectuoso porque su doctrina no es bíblica en cuestiones básicas como justificación, fe, gracia, comportamientos en la vida secular, etcétera.

    Si tomamos la declaración de MacArthur en este contexto que cito, es pertinente, pero si la tomamos en un contexto en el cual incluimos a todos los Cristianos genuinos -hispanos- en la frase del pastor de Grace Community Church entonces efectivamente sería una falacia de generalización.

    Por otra parte en lo que concuerdo plenamente con usted, es la preocupación que deja entrever sobre la cultura teológica que nos está “colonizando” a los hispanos-latinos, teniendo en cuenta que esta colonización no está siendo reflexionada y tampoco cuestionada, tengo un particular temor de tomarla completamente sin ningún reparo, ya que el contexto cultura de donde viene es totalmente distinto al que vivimos, efectivamente necesitamos teólogos en hispano-américa, teólogos que comprendan nuestro contexto e identidad para no cometer los mismos errores que los americanos y para no adaptarnos a ideas que van en contra de nuestra idiosincrasia, no hablo de las ideas bíblicas, sino meramente de las culturales.

    Un saludo a la distancia, y decirte que tienes un Blog muy interesante.

    Gracia y paz.

    • Jules A. Martínez

      Nilton,

      Gracias por tomarte el tiempo de leer y comentar. Aprecio tu análisis. Como puedes ver, entiendo la declaración del Dr. MacArthur como una generalización infortunada, que aunque puede apuntar a una realidad en muchas partes de America Latina, termina omitiendo el la presencia y crecimiento vertiginoso de Protestantes evangélicos y pentecostales (últimos 50 años) que afirman la ortodoxia cristiana y cuya pasión por le evangelio y su misión es admirable. Esa es mi preocupación como pudiste notar. Estoy de acuerdo con tu preocupación acerca de una mentalidad colonialista.

      paz,

      Jules

  • Diego Juárez

    Bendiciones hermano Jules, ¿habrá algún comentario sobre éste asunto de los latinos que trabajan con MacArthur? Es decir, me refiero a Luis Contreras o Henry Tolopilo o algún otro allegado que pueda dar su punto de vista también a ésta situación. O talves, ¿ya se habrán pronunciado al respecto?
    Gracias.

    • Jules A. Martínez

      Diego,
      Gracias por tu nota. Realmente no tengo interacción con ellos. Y creo que mi blog es un punto invisible en la red! No sabría que decirte. Pero me imagino que tienen buenas observaciones para ofrecer.

  • Rubén Ortiz

    Muchas gracias, hermano Jules por las aclaraciones y precisos “recorderis” en este artículo. Veo con mucha inquietud que acciones y planteamientos del mencionado autor no pasan por ningún filtro y se toman como revelaciones directas en cierto público latinoamericano hoy en día. Noto un tufillo petulante y dictatorial en el neocalvinismo MacArhuriano que hace remembranza a la Ginebra de mediados del 1500. En tiempos como este recordar a nuestros humildes teólogos latinoamericanos es esperanzador.

  • Angel Ortez

    Comentarios como los de Macarthur solo fomentan el “racismo” teológico….Que lamentable, y decepcionante. Gracias Jules por su artículo.